En las últimas semanas, se ha registrado un notable aumento en la demanda de instrumentos financieros que ofrecen cobertura contra la inflación, tras la publicación del reciente dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El IPC de julio mostró un incremento del 4%, superando la previsión del 3,9% establecida por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central (BCRA). Este dato ha dirigido la atención de los inversores hacia los bonos en pesos ajustados por inflación, en contraste con los depósitos a plazo fijo que, con una Tasa Nominal Anual (TNA) del 43%, ofrecen rendimientos mensuales aproximados de 3,5%, insuficientes frente al IPC.
Frente a esta situación, los analistas están resaltando las oportunidades que presentan los bonos ajustados por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), ya que estos instrumentos permiten proteger las inversiones frente a la inflación. En los últimos días, los bonos CER han experimentado un aumento significativo, aunque han mostrado una ligera desaceleración en las sesiones más recientes.
La inflación núcleo, que se mantuvo en 3,7% en mayo, 3,7% en junio y 3,8% en julio, continúa siendo un factor de preocupación. De acuerdo con un informe reciente de Allaria, la inflación implícita calculada a partir de la diferencia entre los bonos ajustables por CER y las letras a tasa fija (Lecaps) sugiere que el mercado anticipa una inflación mensual promedio del 3,4% durante los próximos cinco meses.
Esta inflación implícita se determina comparando la rentabilidad de los bonos CER con las Lecaps. Si un bono CER ofrece un rendimiento superior al de una letra a tasa fija, indica que los inversores prevén un aumento en el IPC que justifique esa diferencia en los rendimientos.
El informe señala que los rendimientos de los bonos largos ajustables por CER aún superan considerablemente los niveles históricos. Aunque la brecha entre un bono dollar linked (TV25 - 11,6%) y uno CER (T2X5 +4,6%) se redujo la semana pasada, sigue cercana a sus niveles más altos. "El mercado parece anticipar una depreciación del tipo de cambio de alrededor del 16% superior a la inflación hasta marzo de 2025", advierte el informe.
Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, comenta que dentro de los bonos CER, los títulos con vencimiento en 2026 parecen particularmente atractivos. "Aunque hemos visto una compresión en los spreads recientemente, seguimos considerando que hay valor en esta clase de activos", afirma.
Franco sugiere que esta perspectiva se debe al estancamiento en la desinflación núcleo y al ajuste de precios relativos que aún falta por realizar, lo que podría impactar el IPC general. Soledad López, de Rava Bursátil, también destaca la curva CER como una opción de inversión atractiva, a pesar de las expectativas del Gobierno sobre una disminución de la inflación. López señala que la inflación actual y las expectativas de presión inflacionaria futura hacen que los bonos CER sean una opción sólida para quienes buscan proteger sus inversiones en pesos.
Alejo Rivas, analista de Balanz, agrega que el mercado parece estar asumiendo que el control de cambios se mantendrá al menos hasta finales de año, como lo demuestra la reciente compresión en las curvas de Lecap y Rofex. Rivas sugiere que es sensato buscar cobertura hacia finales de 2024 o principios de 2025, dado que el mercado asigna una probabilidad baja a una corrección cambiaria inmediata. Para el corto plazo, Rivas considera atractiva la opción de "carry" en pesos, con interés en los futuros de Rofex y bonos CER con vencimiento en 2026.
En resumen, la creciente demanda de bonos ajustados por CER refleja una estrategia de cobertura frente a una inflación persistente. Aunque se espera que la tendencia inflacionaria desacelere, los bonos CER continúan siendo una opción valiosa para los inversores que buscan protegerse de los niveles actuales de inflación.
Comments