El Ministerio de Economía presentó ayer los datos correspondientes a la recaudación y el gasto del mes de septiembre, destacando un superávit fiscal favorable por noveno mes consecutivo, una situación que no se observaba desde 2010. Este superávit, que alcanza el 0,4% del PBI si se incluyen los pagos de deuda y el 1,7% si se excluyen, se debe principalmente a una reducción del gasto, que se desplomó aproximadamente un 34% en términos reales en comparación interanual.
En septiembre, el superávit financiero se situó en $466.631 millones, resultado de un superávit primario de $816.447 millones y pagos de intereses por $349.816 millones. Los ingresos totales del Sector Público Nacional (SPN) crecieron un 188,6% en comparación con el mismo mes del año anterior, aunque este aumento es inferior al 209% de inflación acumulada en ese período, lo que representa una caída real del 8,8% o alrededor de $805 mil millones.
Este superávit se explica por la disminución de los gastos, que se redujeron en un 131,1% interanual en septiembre, equivalentes a una contracción real del 34% o $2,8 billones. En cuanto a los intereses netos, su aumento fue del 166,9%, también por debajo de la inflación.
La caída del gasto se atribuye principalmente a recortes en diversas áreas, incluyendo gastos de capital, transferencias a provincias, jubilaciones, salarios y programas sociales, que disminuyeron en un 17,1% en términos nominales. Ajustado por inflación, esto equivale a un descenso del 272%, lo que representa un ahorro de $853 mil millones.
Entre los recortes más significativos se destacan:
- Transporte, con una reducción de $222 mil millones, equivalente al 8% del total.
- Agua potable, con un recorte de $197 mil millones, o el 7%.
- Vivienda, con un ahorro de $106 mil millones, que representa el 4%.
- Educación, con una caída de $93 mil millones, lo que supone el 3% del ajuste total.
Las transferencias corrientes a las provincias también se vieron afectadas, disminuyendo un 11,8% en términos nominales en comparación con septiembre de 2023, lo que, ajustado por inflación, supone un desplome del 250%, equivalentes a $442 mil millones, representando el 16% de la caída total de los gastos del SPN.
En cuanto a jubilaciones y pensiones contributivas, que constituyen el principal gasto del SPN y representan aproximadamente el 36% de las erogaciones primarias, estas partidas crecieron un 173,8% en el último año, pero en términos reales cayeron un 12,8%, es decir, $382 mil millones.
Otros programas sociales también sufrieron recortes significativos, aunque las Asignaciones familiares aumentaron un 153,1%, con la excepción de la AUH, que creció un 308,5%. Las prestaciones del PAMI se incrementaron en un 202,8%, apenas por debajo del promedio de la inflación.
Los salarios en el SPN aumentaron un promedio del 145,6%, pero en términos reales cayeron un 26%, lo que representa un ajuste de $277 mil millones. Por su parte, los subsidios crecieron un 168,2%, pero en términos reales experimentaron un descenso del 15,2% o $108 mil millones.
Finalmente, el ajuste en las universidades representó el 2% del total, con un crecimiento de las partidas del 148,1%, lo que se traduce en un ahorro para el Estado de aproximadamente $68 mil millones.
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