El Banco Central de Brasil enfrenta un panorama complicado debido al continuo crecimiento económico y las presiones inflacionarias, lo que ha llevado a la necesidad de ajustar la tasa Selic. El 18 de septiembre, la entidad aumentó su tasa de referencia del 10,50% al 10,75%.
En las actas recientes, el comité de política monetaria subrayó que un mercado laboral robusto, una política fiscal expansiva y el incremento en los créditos al consumo están impulsando la demanda general. Este entorno requiere una revisión cuidadosa de la política monetaria en curso.
Los analistas en Brasil han identificado la inflación interna como una de las principales preocupaciones del Banco Central, motivada por el crecimiento económico y el deterioro fiscal. Se anticipa que, antes de que termine el año, se realicen al menos dos incrementos adicionales en la Selic, llevándola hasta el 11,75%.
A diferencia de otras economías, como la de Estados Unidos, donde se han reducido las tasas debido a la desaceleración, Brasil ha superado las expectativas con un crecimiento sostenido durante el primer semestre de 2024. Este dinamismo se ha visto impulsado por el gasto público y la fortaleza del mercado laboral, lo que obliga al Banco Central a adoptar medidas preventivas para controlar las expectativas inflacionarias.
Según las proyecciones, el ciclo de aumentos en la tasa de interés podría extenderse hasta el primer trimestre de 2025, alcanzando una Selic del 12,5%. Aunque los ajustes se están llevando a cabo de manera gradual, no se descarta un aceleramiento en el ritmo de los incrementos en las próximas reuniones, dado el rendimiento resiliente de la economía y las presiones sobre los precios.
Las autoridades, lideradas por Roberto Campos Neto, han manifestado su compromiso de mantener la estabilidad económica y actuar con determinación ante cualquier desviación de la meta inflacionaria del 3%, aunque reconocen que no siempre pueden ofrecer previsiones precisas sobre futuros movimientos.
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