Tras la devaluación del 54% en diciembre, el Gobierno implementó un mecanismo de control del dólar a través del "crawling-peg" de 2%, lo que llevó a una apreciación del peso debido a la aceleración inflacionaria en los primeros meses del año. Sin embargo, la contrapartida de un peso más fuerte en una Argentina con precios más altos (medidos en dólares) es que algunos sectores, como el de la Economía del Conocimiento, ya sienten los efectos, especialmente debido al aumento de los costos laborales locales.
Al igual que el país se hizo más caro para los turistas, los salarios dolarizados quedaron rezagados en comparación con el costo de vida actual. Entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024, el peso se apreció un 31% frente al dólar oficial y un 50% frente al dólar MEP, según el economista Juan Telechea. Esta apreciación del peso reduce la competitividad. Antes de este incremento en el costo de vida en dólares, la situación era contraria: el peso era débil y el dólar fuerte.
Desde el sector de la Economía del Conocimiento se observa un encarecimiento de los salarios. Aunque también hay una tendencia hacia una mayor especialización en el trabajo. Patricio Dewey, director de Comercial & Marketing de Adecco Argentina, explicó que Argentina sigue siendo un polo tecnológico relevante y ha logrado concentrar más servicios en posiciones clave, lo que la hace más competitiva frente a países como India.
Por su parte, Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, destacó que los salarios representan entre el 50% y 70% del presupuesto de una empresa en este sector, lo que los convierte en el principal costo de producción. Según datos del Observatorio del Trabajo Informático de la Asociación Gremial de Computación, hasta agosto, el salario mediano de los trabajadores de software era de $1.000.000, mientras que en hardware era de $850.000. Esteban Sargiotto, director de la misma institución, señaló que el poder adquisitivo de los salarios no mejora desde hace varios años.
El impacto de la apreciación del peso es más evidente en aquellas empresas que antes pagaban en divisas, ya que la falta de ajustes salariales ha congelado los ingresos de los trabajadores. Un caso emblemático es el de Globant, que no ha aumentado los salarios en los últimos 18 meses, según Sargiotto. Esta empresa, que paga el 70% del sueldo en dólares y el 30% en pesos, calcula la proporción en dólares promediando el valor oficial de la moneda en los últimos tres meses. Sin embargo, el dólar se ha mantenido estable por un tiempo, mientras que la inflación local sigue aumentando, lo que ha afectado los ingresos de los empleados.
Galeazzi coincidió en que la especialización de los talentos argentinos es una ventaja, pero advirtió que la mano de obra menos especializada es la que más está sufriendo por la apreciación del peso. Explicó que en sectores con baja calidad profesional, la competencia se da principalmente por precio. En estos casos, tener un dólar bajo y costos más altos en términos de dólares puede dejar a las empresas fuera del mercado.
En cuanto a la tercerización, Dewey señaló que ha caído un 18% este año debido a la crisis económica, aunque espera que la tendencia se recupere en 2025. En este contexto, el director de Adecco Argentina subrayó que la aprobación de la ley Bases, que incluye una reforma laboral, podría ser un factor positivo, ya que dará mayor seguridad jurídica a las empresas para contratar de manera temporal.
Finalmente, Galeazzi opinó que si la actual política económica logra estabilizar el dólar, esto podría resultar beneficioso para muchas empresas, ya que les permitirá adaptarse a un nuevo entorno y potenciar sus exportaciones, lo que también favorece a los trabajadores.
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