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Dólar oficial y su sostenibilidad: tres factores clave que generan preocupación sobre el esquema cambiario

  • Foto del escritor: Alejo Saggin
    Alejo Saggin
  • 12 feb
  • 2 Min. de lectura

A pesar de los intentos del Gobierno por evitar reconocer el atraso en el valor del dólar oficial, diversos indicadores muestran un claro desajuste en la cotización actual. La principal duda gira en torno a la sostenibilidad del Tipo de Cambio Real (TCR), y varios economistas coinciden en señalar tres factores clave que reflejan la fragilidad del sistema cambiario.

El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral, elaborado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que compara el TCR del país con el de sus principales socios comerciales, revela que el peso argentino ha experimentado su mayor apreciación desde la salida de la convertibilidad, con la excepción del periodo agosto-noviembre de 2015. Sin embargo, en los últimos meses, comenzaron a surgir señales que cuestionan la viabilidad de esta estrategia, cuyo objetivo principal es frenar la inflación.

Uno de los factores clave es el deterioro de la cuenta corriente y la balanza comercial. Tras varios meses de superávit, desde junio de 2024, el saldo de la cuenta corriente pasó a ser negativo, un fenómeno asociado al aumento de las importaciones, que ha estado impulsado tanto por la normalización de los pagos como por una mayor apertura comercial. La situación también ha generado un aumento en el déficit de los servicios, especialmente en el turismo, que ha impactado fuertemente en las finanzas del país.

El segundo factor es que el TCR actual está más apreciado que en los casos de planes de estabilización exitosos. Según estudios sobre planes de estabilización previos, la apreciación del peso argentino es más profunda que en otros ejemplos de éxito. Algunos economistas señalan que, a diferencia de otras experiencias, la falta de coordinación en la política económica y la inflación residual han llevado a un incremento más rápido de la apreciación, lo que podría poner en riesgo la competitividad del país.

El tercer factor a considerar es la situación de las reservas, que actualmente son negativas. En el contexto de un déficit externo creciente, el Gobierno se enfrenta a la dificultad de encontrar los recursos necesarios para una salida ordenada del cepo cambiario. La falta de reservas y la necesidad de un TCR más alto para mantener el equilibrio cambiario complican la posibilidad de lograr una estabilización sostenible sin recurrir a medidas que puedan generar una mayor presión sobre las finanzas del país.

Algunos economistas, como Juan Graña, apuntan que, aunque el Gobierno espera que la reducción de retenciones genere los dólares necesarios para respaldar el tipo de cambio actual, este esquema podría ser insostenible a medida que avance el año, especialmente después de la cosecha gruesa. Además, la especulación cambiaria podría aumentar antes de las elecciones, lo que tensionaría aún más el mercado de divisas.

En resumen, aunque el Gobierno se aferra a los datos de inflación y a los avances del endeudamiento privado como justificación para sostener el valor del dólar, los economistas advierten que las condiciones actuales podrían no ser suficientes para garantizar la estabilidad a largo plazo del tipo de cambio.

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