Durante la jornada del martes 1 de noviembre, los precios del petróleo recuperaron terreno, los impulsores de esta suba son las expectativas en torno a la demanda de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y, en paralelo, las preocupaciones que se suman a la situación geopolítica internacional.
El barril de crudo West Texas Intermediate (WTI) en la plaza de Nueva York para entrega en enero de 2023 subió 2,12% hasta u$s88,37.
De su lado, el precio del barril de Brent del Mar del Norte para entrega en el mismo plazo, que fue el primer día de uso como contrato de referencia, ganó 2% cerrando a u$s94,65.
En tanto el crudo se eleva, el dólar cae a máximos de una semana frente a una cesta de seis divisas, en parte debido a que los operadores consideraban posible que la Reserva Federal sea menos agresiva en la reunión de política monetaria del miércoles.
Por su parte, luego de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluida Rusia, conocidos como OPEP+, anunciaron que recortarían la producción en 2 millones de barriles diarios (bpd), los índices de referencia Brent y WTI terminaron octubre al alza, registrando sus primeras ganancias mensuales desde mayo.
El lunes, la misma OPEP elevó sus previosiones sobre la demanda mundial de petróleo a mediano y largo plazo, conclyendo que, a pesar de la transicióna las fuentes de energía renovable, se necesitan 12,1 billones de dólares de inversión para satisfacer la demanda.
Estos factores alcistas contrarrestaron las preocupaciones por la merma en la demanda de China. El gigante oriental es el principal importador de crudo del mundo y debido a las restricciones por el COVID-19, redujo la actividad de las fábricas así como sus importaciones provenientes de Japón y Corea del Sur.
Para frenar aún más la subida de los precios, la producción de petróleo de Estados Unidos aumentó a casi 12 millones de bpd en agosto, la más alta desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Fuente: Ámbito
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