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Foto del escritorAlejo Saggin

Eliminación del subsidio al transporte público: cómo funcionaba el Fondo Compensador del Interior

El Gobierno nacional eliminó el Fondo Compensador del Interior, que subsidiaba el valor del boleto del transporte público de pasajeros en localidades del interior del país. La Secretaría de Transporte de la Nación aseguró a través de un comunicado que la decisión “guarda coherencia con el Pacto Fiscal que gobernadores provinciales y Gobierno nacional firmaron en 2017 y 2018, donde se comprometían a eliminar progresivamente los subsidios diferenciales en materia de transporte para el Área Metropolitana de Buenos Aires”. También se aclaró que aquellos que utilizan el servicio y que necesitan del aporte del Estado Nacional, seguirán contando con el Atributo Social: una asistencia que implica un descuento del 55% de la tarifa del boleto del transporte público y que funciona con la tarjeta SUBE. Los subsidios al transporte en nuestro país están dirigidos a la oferta, es decir, a aquellas empresas que prestan el servicio, en lugar de la demanda (usuarios que pagan la tarifa). Se trata de un régimen de compensaciones tarifarias, donde el Estado le otorga a las empresas del sector una determinada suma de dinero mensual, en compensación por la diferencia que existe entre el costo real del servicio y la recaudación por la venta de boletos. El sistema SUBE es el encargado de la generar la información sobre la recaudación de las empresas en el AMBA. No obstante, como muchas provincias del interior no cuentan con este sistema, la información del territorio se realiza a través de declaraciones juradas de las empresas sobre la cantidad de pasajeros que usan el servicio. A partir de estos datos, el Estado Nacional enviaba transferencias a empresas prestatarias del servicio público de transporte a través del Fondo Compensador, que se encargaba de subsidiar al transporte público de pasajeros por automotor urbano y suburbano del interior del país, con el objeto de que las tarifas sean provistas a un costo inferior al necesario para cubrir funcionamiento y mantenimiento. A diferencia de lo que ocurre en el Área Metropolitana de Buenos Aires, donde antes del aumento de enero subsidiaba a través del tesoro el 90% del valor del boleto, en el interior del país las provincias y los municipios también constituyen parte de los subsidios. Hasta 2019, el régimen de compensaciones para el transporte del interior funcionaba también a través de ayudas que el Estado nacional otorgaba a las provincias a través de convenios especiales. Luego, con la gestión de Mauricio Macri, se acordó que las provincias debían aportar, al menos, el 50% del valor de los subsidios recibidos en el año anterior. Tanto las provincias como los municipios aportan fondos para las denominadas franquicias especiales: descuentos para grupos específicos de usuarios como estudiantes, docentes y jubilados, entre otros. En 2023, se destinaron en concepto de subsidios al interior $102 millones, según datos de la Oficina Nacional de Presupuesto del Ministerio de Economía. En enero de este año, previo a los aumentos dispuestos por el Gobierno nacional, se registró la mayor diferencia entre el costo del transporte del AMBA y el interior del país: un boleto promedio del interior costaba más del triple que el boleto mínimo que se pagaba en Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. En un relevamiento a 30 localidades del interior, que en conjunto explican más del 70% de la demanda, el boleto urbano más caro en el mes de enero se encontraba en Neuquén, donde la tarifa se ubicaba en $370, seguido por Bahía Blanca, donde la primera sección del colectivo alcanzaba los $345. Córdoba y Rosario son quienes se encontraban compartiendo el tercer puesto, con un boleto de $240 y con un aumento previsto para este mes de $100. Fuente: Chequeado

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