En medio de un dólar en su punto máximo y preocupaciones de un aterrizaje forzoso en la economía más grande del mundo, las acciones de países emergentes concluyeron su correlación positiva con las acciones de Estados Unidos, indicador de que pueden repuntar incluso si el índice S&P 500 desciende desde el nivel actual. La relación móvil a 30 días entre el índice MSCI Emerging Markets y el índice S&P 500 se ha vuelto la más negativa desde julio de 2021, ya que el primero se dirige a un avance mensual que es tres veces mayor que el incremento del índice estadounidense. El cambio coincide con las apuestas de los administradores de dinero, incluidos los grupos Morgan Stanley y Carlyle Group Inc. de un fin del repunte del dólar. Un fenómeno que ocurre desde noviembre es que las acciones están registrando el alza más rápida desde marzo de 2016 en medio de las expectativas de una Reserva Federal menos agresiva y valoraciones más baratas que han vinculado con un descuento del 36% con respecto al S&P 500. Cabe destacar que, hasta el mes pasado, las acciones de los países en desarrollo cayeron al nivel más bajo desde 1988 en relación con sus pares de EE.UU. La divisa norteamericana ya alcanzó su máximo junto con la inflación, lo cual es una “gran noticia” para los mercados emergentes, sostienen analistas de Morgan Stanley, ya que “A diferencia de sus pares de mercados desarrollados, las acciones de mercados emergentes tienden a subir cuando el dólar se deprecia”.
En comparación con una relación positiva de 0,54 en julio de este año, el coeficiente de correlación móvil entre las acciones de mercados emergentes y las estadounidenses cayó a menos 0,1 el martes. Los movimientos relativos basados en marcos de tiempo de 60, 90 y 120 días también han disminuido, lo que muestra que los dos grupos se están moviendo independientemente el uno del otro. Este quiebre se produjo a expensas del rendimiento del S&P 500. El índice MSCI de mercados emergentes subió un 10% este mes, en comparación con un avance del 3,4% en EE.UU. Eso hizo que la proporción de los dos índices lograra el mejor desempeño superior desde 2018 por parte del mundo en desarrollo al subir un 6% en noviembre. Los mercados emergentes pueden estar mejor posicionados para capear la turbulencia de una desaceleración económica mundial, ya que su crecimiento promedio va rumbo a ampliar su brecha con la expansión del producto interno bruto de EE.UU. En 2022, se espera que las naciones en desarrollo crezcan solo 1,3 puntos porcentuales más rápido, la mitad de la diferencia típica entre ellas. Sin embargo, los economistas proyectan que la brecha se expandirá a 3,6 puntos porcentuales en 2023 y 2,9 puntos porcentuales el año siguiente. Además del diferencial de crecimiento, las acciones de estos países más vulnerables también son más baratas. El descuento de valoración del índice MSCI en relación con las acciones estadounidenses es de un total de 10 puntos porcentuales superior a la reducción media del 26% de los últimos 15 años. Mientras tanto, los analistas han comenzado a elevar los estimados para las empresas de mercados emergentes, lo que sugiere que lo peor ya pasó para el desempeño corporativo. Fuente: Ámbito
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