La crisis monetaria en Argentina está generando diversas repercusiones. Con la inestabilidad del peso, muchos argentinos recurren al dólar como una forma de proteger sus ahorros de la depreciación. Sin embargo, las restricciones cambiarias impuestas por el gobierno dificultan la adquisición de dólares a través de canales oficiales.
Como resultado, muchos optan por el mercado informal para obtener divisas, acudiendo a "arbolitos", cuevas o casas de cambio alternativas. En este contexto, hay cierta desconfianza hacia los billetes de dólar conocidos como "cara chica", aquellos emitidos por Estados Unidos antes de 2013, que algunos cambistas locales tienden a valorar menos.
En contraste, la política monetaria de los Estados Unidos establece que todos los billetes en circulación mantienen su valor nominal independientemente de su fecha de emisión. Por lo tanto, en EE.UU., tanto los billetes "cara grande" como los "cara chica" conservan su valor sin depreciación.
Esta normativa abarca todos los diseños de billetes emitidos desde 1914 por los bancos autorizados de la Reserva Federal, bajo la supervisión del Departamento del Tesoro y la Oficina de Grabado e Impresión, garantizando que su valor no se vea afectado por la antigüedad o el diseño.
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