Durante el día de ayer, Gabriel Rubinstein, viceministro de Economía, detalló en su cuenta de Twitter los motivos por los que considera que la inflación anual proyectada del 60% para 2023 en el Presupuesto que la cartera económica presentó en Diputados es realista. Para el economista, las claves están en mejorar el sistema cambiario, reducir los márgenes empresariales y contener "los factores de inercia".
Las declaraciones llamaron la atención porque el Presupuesto 2023 supondría una desaceleración de la inflación considerable respecto de la dinámica de precios de este año. Recordemos que el Índice de Precios al Consumidor registró un aumento del 56,4% en los primeros 8 meses de 2022.
Según Rubinstein, los adelantos y las transferencias del Banco Central y otros mecanismos indirectos generan la tendencia inflacionaria que "sería compatible con una inflación del 40% anual". Para acercar la inflación real a estas cifras, el funcionario sostiene que hay que actuar para mejorar el sistema cambiario, ya que su desorden facilitó la suba de márgenes brutos empresariales y sobre los factores de inercia.
El economista insistió en que atacando la inercia inflacionaria y procurando una – razonable – caída de márgenes empresariales, se logrará que la inflación real se acerque a la teórica.
Quien también cuestionó el margen de rentabilidad empresarial fue la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, al considerarlo “excesivo”.
Finalmente, Rubinstein concluyó que "el exceso de demanda agregada que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes, podremos bajar el IPC del 90% al 60%". Fuente: Ámbito
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