Los salarios fueron uno de los aspectos más golpeados por el ajuste implementado por el gobierno de Javier Milei durante su primer año en el poder, un proceso que también ayudó a frenar la dinámica inflacionaria. De cara a 2025, los analistas señalan que la desigualdad entre los diferentes grupos de trabajadores probablemente se mantendrá, destacando a la política cambiaria como un factor clave para la evolución futura de la actividad económica, el empleo y los ingresos reales.
La devaluación de diciembre de 2023 provocó una caída de 11,5% en los salarios de los trabajadores registrados del sector privado en términos reales, según los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) difundidos por la Secretaría de Trabajo. La recuperación de los salarios comenzó de forma moderada en abril, alcanzando en julio un leve aumento del 0,5% respecto al último dato del gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, en agosto y septiembre, los salarios volvieron a registrar caídas, con una disminución del 2,4% en comparación con noviembre de 2023.
Un informe de la consultora C-P destacó que la desaceleración de la inflación, que se estabilizó en torno al 4% durante varios meses, también influyó en una negociación salarial con un ajuste nominal más bajo. Para que los salarios experimenten una recuperación sustancial, será necesario que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se desacelere de manera más significativa. El dato de octubre, con un incremento mensual del 2,7%, ofrece algo de optimismo en este sentido, aunque los expertos de C-P señalan que la tendencia deberá mantenerse durante los próximos meses.
Además, es importante resaltar que, en comparación con 2023, el salario promedio actual es un 20% inferior al nivel máximo registrado en la última década, alcanzado en septiembre de 2015. Esta cifra corresponde a los ingresos de los trabajadores en el sector más protegido y estable en términos laborales, lo que generalmente se traduce en salarios más altos, aunque persisten notables disparidades entre los diferentes sectores de la economía. Según el INDEC, los salarios estatales han sufrido una pérdida del 16,1% en los primeros diez meses de la administración de Milei, sin haber logrado recuperar el impacto de la fuerte devaluación que se produjo al poco tiempo de asumir el nuevo gobierno. En paralelo, los trabajadores informales han experimentado una pérdida del poder adquisitivo cercana al 17% entre diciembre de 2023 y abril de 2024, aunque esta estimación es menos precisa debido a los rezagos en la recolección de datos.
De continuar esta tendencia, el sector privado registrado podría alcanzar nuevamente los niveles salariales de noviembre de 2023 hacia febrero de 2025, mientras que el sector público no lograría recuperar esos niveles hasta mayo de 2028, lo cual plantea serias dificultades sociales.
El director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), Nadin Argañaraz, destacó que la devaluación de diciembre de 2023 provocó una caída aún más pronunciada en los ingresos reales, afectando principalmente a los jubilados que no perciben la mínima. Por su parte, el economista Juan Graña advirtió que la política cambiaria será un factor determinante para la evolución del empleo y los salarios. Según Graña, muy pocos sectores tendrán la capacidad de generar empleo si se profundiza la apreciación del tipo de cambio y se avanza con una mayor apertura comercial. Destacó que actividades como el sector hidrocarburífero, el agro y el litio tienen un impacto limitado en términos de empleo y se encuentran alejadas de los centros urbanos, lo que impide que sus beneficios se distribuyan en otros sectores. A su vez, la industria y el comercio enfrentan dificultades debido a la falta de competitividad, lo que dificulta la generación de empleo y el crecimiento salarial.
En cuanto al crédito como motor de la reactivación, Graña expresó que la clave está en cómo se repagan esos créditos. Señaló que si no se produce una mejora sustancial en el empleo y el poder adquisitivo de los hogares, será difícil que los salarios crezcan de manera significativa.
Argañaraz, por su parte, considera que el sector privado tiene mejores perspectivas de recuperación salarial, aunque con grandes diferencias entre sectores. Los más afectados serían aquellos expuestos a un contexto de mayor apertura comercial, mientras que los empleados estatales enfrentarán un panorama mucho más sombrío. Graña, en este sentido, sugirió que hay una intención política detrás de la decisión de mantener los salarios públicos a niveles bajos, lo cual también afecta el salario mínimo, que influye en el ajuste de algunas prestaciones sociales.
Finalmente, los expertos coinciden en que el esquema macroeconómico actual es frágil y que la sostenibilidad del tipo de cambio real y el horizonte de salida del cepo son cuestiones clave. Hasta el momento, todo parece estar condicionado a la permanencia del cepo cambiario.
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