Durante la jornada de ayer, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó que la inflación al consumo del país del norte solo bajó ligeramente en abril a pesar de los esfuerzos por enfriar la economía y frenar la subida de precios.
No obstante, el Índice de Precios al Consumo de abril estuvo en torno al 4,9%, en línea con lo que preveía el mercado y apenas una décima por debajo del dato de inflación de marzo. Lo que demuestra que la política monetaria de Estados Unidos está generando un impacto – bastante lento – en deflactarlos precios.
En consecuencia, la pregunta es inevitable: ¿Cómo se comportará la Reserva Federal con las tasas de interés? Ya que, al tratarse de la economía dominante en el planeta, lo que pasa en el país del norte es central para los activos e inversiones locales, definiendo el futuro de la dinámica financiera de la Argentina.
Algunos analistas se mostraron entusiasmados por esa décima abajo en el IPC estadounidense, destacando que podría ser el inicio de una política monetaria menos agresiva por parte de la FED ya que cuando aumenta la tasa de interés de los bancos mundiales, se genera una tendencia recesiva en la economía mundial porque los capitales van hacia los activos del Tesoro de Estados Unidos.
Particularmente en el caso de Argentina, se genera una presión al alza sobre las tasas locales para contener los flujos de dinero, que además se combina con el hecho de que, bajo su condición de proveedor de alimentos para otros países, en un clima de recesión mundial podría haber mucha menos demanda.
De momento, la moderación de la inflación en Estados Unidos parece ser consecuencia directa de la continuación de la suba de tasas de interés de la FED, por lo que el mercado norteamericano espera que ahora entren en un periodo de merma.
Este podría ser un momento bisagra ya que un panorama de esta índole supondría algo positivo para los países emergentes, y en consecuencia, para Argentina, ya que más capital estaría dispuesto a invertir en activos de riesgo y eso podría brindar alivio. Además, un dato no menor es que el fin de suba de tasas y estabilización de la inflación podría traducirse en una expansión de la economía, canalizada vía demanda de commodities que favorecería a los países exportadores.
No obstante, hay quienes creen que por más que exista una leve disminución en el IPC estadounidense, también se observa una resistencia de los precios a disminuir con mayor fuerza, lo que obligaría a la FED a seguir atentamente la sucesión de los hechos para definir un panorama.
En una situación en que la contención de la inflación no prospere, la FED podría volver a intervenir, lo que afectaría a Argentina como país emergente, fundamentalmente en la facilidad de acceder al crédito, un escenario similar al que estuvo inmerso hasta ahora. Fuente: Infobae
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