
A pesar de que los últimos sondeos entre gestores de fondos internacionales muestran un optimismo moderado respecto a las perspectivas del mercado para este año, también se percibe una cierta cautela y preocupación, especialmente en lo que respecta al nivel alcanzado por las acciones, particularmente en Estados Unidos. Un dato relevante de la última encuesta de Bank of America (BofA) que pasó desapercibido es que casi el 90% de los encuestados considera que las acciones estadounidenses están sobrevaloradas, lo que representa el porcentaje más alto desde abril de 2001. Es importante destacar que, a lo largo de la última década, un promedio del 81% de los gestores de fondos ha expresado que las acciones estadounidenses están sobrevaloradas.
Según los analistas, los niveles de sobrecompra extrema alcanzados por los principales índices bursátiles implican un riesgo considerable de correcciones en el corto plazo, ya sea una corrección leve antes de retomar el alza o una corrección más profunda. Además de la sobrecompra, preocupa la sobrevaloración de las acciones. Como explicó Joseph Adinolfi de MarketWatch, algunas mediciones muestran que las acciones estadounidenses de gran capitalización están negociándose con primas históricamente altas en relación con factores fundamentales como las ventas y las ganancias. Esta situación se da en un contexto en el que el optimismo que inicialmente siguió a la victoria electoral de Donald Trump ha comenzado a desvanecerse, y ahora los inversores parecen estar más atentos a las valoraciones excesivas, que podrían estar presagiando una corrección.
El índice S&P Global Investment Manager, que monitorea las opiniones de inversores profesionales, mostró en febrero una notable disminución en el apetito por el riesgo, alcanzando uno de los niveles más bajos desde el lanzamiento de la encuesta en octubre de 2020. Los encuestados indicaron que las valoraciones altas son el principal factor que podría afectar los rendimientos en el corto plazo. Chris Williamson, director ejecutivo de S&P Global Market Intelligence, señaló que el ánimo de los inversores en acciones estadounidenses se ha vuelto más pesimista y reacio al riesgo en comparación con los últimos cinco años.
Una encuesta reciente de Bank of America también reflejó esta tendencia, ya que el 89% de los gestores de fondos consideraron que las acciones estadounidenses están sobrevaloradas. Además, los inversores minoristas también parecen compartir esta preocupación. Un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Inversores Individuales mostró que más del 47% de los encuestados anticipan una caída en las acciones durante los próximos seis meses, un nivel de pesimismo no visto desde finales de 2023.
A pesar de estos temores, los expertos advierten que no se debe interpretar esto como una señal clara de que las acciones bajarán. De hecho, las valoraciones elevadas parecen estar concentradas principalmente en las grandes capitalizaciones de Estados Unidos, mientras que las acciones de pequeña y mediana capitalización presentan precios más razonables. Asimismo, los mercados internacionales también parecen estar mejor posicionados. Según Bill Merz de US Bank Asset Management, los fundamentos de las acciones de gran capitalización siguen siendo sólidos, ya que los márgenes de ganancias y el crecimiento de las ganancias y las ventas se mantuvieron robustos en el cuarto trimestre.
No obstante, las altas valoraciones siguen siendo un tema clave, especialmente porque el índice S&P 500 ha visto un estancamiento en su ritmo de avances desde mediados de diciembre. La relación precio-beneficio ajustada cíclicamente (CAPE) del S&P 500 alcanzó 38,5 la semana pasada, el nivel más alto desde finales de 2021. Este indicador refleja que el mercado está altamente valorizado en comparación con sus ganancias promedio a largo plazo. En términos de expectativas para el próximo año, la relación precio-beneficio futura del S&P 500 se situó en 22, por encima de su promedio histórico de 19 veces.
Aunque las altas valoraciones no siempre son un indicador confiable para predecir el comportamiento a corto plazo del mercado, estudios muestran que, cuando las valoraciones son tan altas, los rendimientos futuros tienden a ser más bajos. Algunos profesionales señalan que los altos precios dejan a las acciones más vulnerables a noticias decepcionantes, sobre todo con la incertidumbre en torno a la política monetaria de la Reserva Federal y los factores políticos en Estados Unidos.
A pesar de las preocupaciones, algunos analistas consideran que el mercado sigue mostrando resiliencia. Brian Allen, director de inversiones de CS McKee, explicó que, aunque los inversores se sienten nerviosos, la resistencia del mercado frente a diversos riesgos en los últimos meses sugiere que el mercado alcista iniciado a finales de 2022 tiene espacio para seguir adelante. En el último año, los inversores han mostrado una tendencia a comprar agresivamente cuando las acciones han tropezado, lo que indica que aún hay fuerza en el mercado.
En cuanto a otros indicadores, los fondos mutuos y los ETF de acciones estadounidenses vieron su primera salida de 2025 la semana pasada, mientras que el precio del oro ha alcanzado niveles récord cercanos a los 3.000 dólares por onza. Merz sugirió que este aumento en el precio del oro refleja la creciente preocupación de los inversores por los altos niveles de deuda del gobierno estadounidense.
Por otro lado, a pesar de las inquietudes sobre las valoraciones, los inversores no parecen estar dispuestos a perder las ganancias actuales. La última encuesta de Bank of America mostró que los gestores de fondos han reducido su exposición a efectivo, lo que refleja una tendencia a seguir apostando por las acciones. Asimismo, la relación put-call de opciones sigue siendo baja, lo que indica un fuerte optimismo en el mercado.
En resumen, a pesar de las preocupaciones sobre la sobrevaloración de las acciones, los analistas siguen señalando que el mercado se mantiene fuerte, y que las valoraciones altas no necesariamente son una señal de que las acciones bajarán. La incertidumbre continúa, pero el mercado sigue siendo impulsado por la confianza de los inversores, que continúan apostando por las acciones a pesar de los riesgos.
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