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El Gobierno sostiene que Argentina es uno de los países menos afectados por los aranceles recíprocos de EEUU



En el reciente anuncio del presidente Donald Trump sobre su nueva política arancelaria, todos los productos que Argentina exporta a Estados Unidos quedarán alcanzados por el arancel base del 10% establecido por la administración republicana. Desde el Gobierno argentino consideraron esto como un avance significativo y destacaron que el país recibió un tratamiento similar al de aquellos con acuerdos de libre comercio. "Nos dieron un trato incluso más favorable que a Israel, que enfrenta aranceles del 17%", señalaron fuentes oficiales a este medio.

Este jueves, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, tendrán la oportunidad de dialogar con sus pares estadounidenses, apenas un día después del sorpresivo anuncio de Trump que generó impacto a nivel global. En la conversación, se espera que la relación comercial bilateral y la solicitud de un nuevo programa de asistencia financiera para Argentina por parte del FMI sean temas centrales.

Desde la Casa Rosada insisten en que las negociaciones para un acuerdo comercial entre ambas naciones están en una etapa avanzada. La cuestión fue discutida en Washington durante la reunión entre el canciller Gerardo Werthein y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.

Respecto a las medidas de Trump, el economista Jeffrey D. Sachs advirtió que "para reducir el déficit comercial, Estados Unidos debería abordar su déficit fiscal. Imponer aranceles solo encarecerá productos como los automóviles, pero no resolverá los problemas estructurales".

Algunos analistas han comparado esta decisión con la política de Milei, que va en dirección contraria, apostando por la reducción del déficit y la baja de aranceles.

Mientras tanto, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, expresó su expectativa de que las negociaciones concluyan antes de la “Reunión de Primavera” del organismo, que comenzará el 21 de abril. De ser así, el Board del Fondo debería aprobar el nuevo programa para Argentina antes del 17 de abril.

Para calmar el mercado, días atrás el ministro Caputo y Georgieva acordaron anunciar que el país solicitó una asistencia de 20.000 millones de dólares, con un desembolso inicial significativo. Esta estrategia generó cierto alivio en el ámbito financiero, reflejado en la compra de divisas por parte del Banco Central tras doce jornadas consecutivas de ventas. Sin embargo, trascendió que algunos miembros del Directorio del FMI, especialmente los representantes de Alemania y Japón, no habrían recibido con agrado esta anticipación de detalles.

En Washington llamó la atención que Georgieva, en coordinación con Caputo, autorizara la difusión del monto del préstamo y la posibilidad de un desembolso inicial elevado. Habitualmente, estas decisiones recaen en el Directorio, por lo que algunos interpretan este movimiento como un intento de generar presión.

Georgieva, considerada una funcionaria con fuerte perfil político dentro del Fondo, ha mostrado afinidad con Argentina, en parte por la buena relación del Gobierno con Estados Unidos, el mayor contribuyente del FMI. La cercanía que Milei ha cultivado con Trump podría favorecer el respaldo de Washington en el organismo, aunque la postura más agresiva de la administración republicana en materia comercial podría generar nuevos desafíos.

Argentina ha cumplido con la mayoría de las exigencias del FMI, particularmente en materia fiscal, aunque sigue en deuda con la acumulación de reservas. Desde el organismo han insistido en la necesidad de modificar la política cambiaria, y no se descarta que algunos países utilicen este argumento para exigir ajustes en la estrategia económica argentina. A pesar de esto, desde el Ministerio de Economía han asegurado que no habrá cambios en el esquema actual del mercado de cambios.

 
 
 

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