El Gobierno mantiene la esperanza de alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional antes de finalizar el año, según información disponible en Washington. Aunque las negociaciones están en sus primeras etapas y aún no se ha formalizado una solicitud oficial para discutir los términos de un nuevo acuerdo, se espera que el viaje del presidente Javier Milei a Nueva York el 23 de septiembre, para su primer discurso ante las Naciones Unidas, juegue un papel crucial. Es posible que surjan reuniones de alto nivel con el FMI y el Banco Mundial durante este viaje, lo que podría marcar el inicio de negociaciones formales si los diálogos técnicos previos avanzan.
Un factor importante es el cambio de gobierno en los Estados Unidos, programado para el 5 de noviembre, y la posible reestructuración en el Departamento de Estado y el Tesoro, que son clave para la aprobación de un acuerdo con el FMI. La nueva administración tomará posesión el 20 de enero de 2025.
La reciente remoción de Rodrigo Valdés, un funcionario del FMI que había sido crítico con el programa económico argentino, es vista como una señal positiva por el Gobierno. Sin embargo, se advierte que Valdés podría seguir de cerca el desarrollo de las negociaciones. Además, la presión para avanzar en un acuerdo con Argentina ha sido impulsada en parte por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, que es un actor clave en la dinámica del FMI.
Valdés había expresado apoyo general al programa económico argentino a principios de año, aunque con reservas, las cuales reflejan las preocupaciones actuales del personal técnico del FMI sobre la necesidad de mejorar el ajuste fiscal implementado por Argentina. Aunque el FMI ha indicado que podría respaldar una estrategia de mantener conversaciones sin un nuevo programa formal durante 2025, la presión económica sobre Argentina podría aumentar si no se alcanza un acuerdo pronto.
El Gobierno argentino ha comunicado al FMI y al Departamento del Tesoro estadounidense que su prioridad es mantener la inflación bajo control, con un objetivo de alrededor del 2% mensual. El FMI ha mostrado apertura hacia esta estrategia, siempre que Argentina mantenga un compromiso firme con las reformas fiscales y un plan monetario sólido.
A pesar de la falta de un acuerdo formal, el FMI está considerando la posibilidad de estructurar un nuevo programa que no requiera la amortización total del préstamo pendiente, sino que permita al país repagar una parte del mismo durante el nuevo programa y recupere el acceso al mercado financiero internacional. Además, se está contemplando la posibilidad de levantar el cepo cambiario como parte de un plan integral de reformas fiscales y monetarias.
En resumen, mientras las negociaciones siguen su curso y el Gobierno se prepara para posibles desafíos políticos y económicos, el futuro acuerdo con el FMI dependerá de la capacidad de Argentina para cumplir con las exigencias del organismo y mantener un entorno económico estable.
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