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Trump sube los aranceles y Argentina analiza el impacto



Donald Trump sorprendió al mundo con una decisión que podría marcar un punto de inflexión en el comercio internacional durante los próximos años. El mandatario estadounidense impuso un esquema de aranceles recíprocos, fijando un piso del 10% en los gravámenes. Esta medida refuerza su visión proteccionista y ha generado inquietud entre empresas a nivel global, por su potencial efecto en los costos de producción y el flujo comercial. También se anticipan riesgos para la economía de Estados Unidos, como un aumento de la inflación y una posible recesión, aunque algunos países de América Latina podrían verse favorecidos si logran capitalizar nuevas oportunidades de intercambio.

En este contexto, resulta relevante destacar que Argentina logró en 2024 su primer superávit comercial con Estados Unidos en casi veinte años, con un saldo positivo de 232 millones de dólares, según datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios. Este resultado fue impulsado por un incremento del 13,2% en las exportaciones hacia el país norteamericano, que alcanzaron los 6.395 millones de dólares, mientras que las importaciones cayeron un 28,6%, ubicándose en 6.163 millones. Esto marca un giro relevante en la balanza bilateral, que no registraba un saldo favorable desde 2005.

Argentina quedó incluida entre las naciones que enfrentan el arancel mínimo del 10%, una posición que podría interpretarse como ventajosa en relación a otros países más afectados. De acuerdo con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios, Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de América Latina y el Caribe, superando incluso a China. En 2023, el 23,8% de las exportaciones de bienes de la región tuvieron como destino el mercado estadounidense, frente al 7,2% que fueron hacia el gigante asiático. Esto refuerza el papel estratégico que la región podría jugar, tanto para sostener el vínculo con Estados Unidos como para aprovechar oportunidades con países perjudicados por las nuevas tarifas.

Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, que hasta el momento no emitió declaraciones ante la consulta de este medio, los productos más exportados en 2024 fueron: aceites crudos de petróleo (1.992 millones de dólares), oro no monetario (801 millones), aluminio sin alear (331 millones), naftas (214 millones), vinos (188 millones), aleaciones de aluminio (165 millones), carne bovina congelada sin hueso (133 millones), miel (125 millones) y cueros curtidos (100 millones). Estos datos muestran el peso de los sectores agroindustrial, energético y de manufacturas en la relación bilateral.

Desde la Cámara de Exportadores de la República Argentina advirtieron que la nueva política comercial de Estados Unidos podría generar un entorno de elevada volatilidad, con algunas oportunidades pero también muchos desafíos. En ese sentido, subrayaron la necesidad de fortalecer la competitividad local mediante mejoras en los regímenes impositivos, la logística, el acceso a financiamiento y la facilitación del comercio.

Marcelo Elizondo, referente de la Cámara de Comercio Internacional en Argentina, consideró que el ingreso de productos nacionales a Estados Unidos se encarecerá un 10% con la aplicación del nuevo arancel. Según su análisis, los exportadores locales podrían tener que reducir precios para mantener su competitividad, o bien enfrentar una baja en la demanda de sus productos en el mercado estadounidense. Aunque la posición de Argentina es más favorable que la de otros países, el nuevo esquema podría generar incertidumbre en el comercio global y afectar el ritmo de crecimiento.

Importadores locales también expresaron su inquietud ante el posible enfriamiento del comercio internacional y su efecto en las cadenas de suministro. Desde la Cámara de Importadores, Fernando Furci destacó que, aunque el impacto directo para Argentina sea relativamente menor, todo dependerá de cómo reaccionen los países más perjudicados por aranceles más elevados, ya que podrían implementar medidas similares.

En paralelo, sectores como el agroalimentario siguen de cerca las implicancias de la medida, evaluando producto por producto el grado de exposición al nuevo régimen arancelario. Entidades como COPAL y el Consejo Agroindustrial Argentino mostraron una visión positiva, señalando el potencial de Argentina en la industria de alimentos y bebidas, donde ya se posiciona como el decimoséptimo exportador global. Ambas instituciones consideran que esta coyuntura podría impulsar una mayor diversificación de mercados y una apertura comercial estratégica, en momentos en que el Mercosur también busca expandir su presencia internacional.

Si esta decisión termina representando una amenaza o una oportunidad dependerá, en última instancia, de la capacidad de Argentina para mejorar su competitividad, incrementar su producción y diversificar sus destinos de exportación, no solo hacia Estados Unidos sino también hacia otros mercados. En especial, podría beneficiarse si los países más afectados por los nuevos aranceles buscan proveedores alternativos con condiciones más favorables.

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