
Ante la inflación que no da tregua, las continuas restricciones cambiarias y el cepo al dólar, el mercado de divisas en Argentina atraviesa una situación sumamente complicada. Sin embargo, desde La Quiaca, algunos habitantes encontraron un refugio poco ortodoxo. Resulta que la situación en Bolivia en términos económicos es totalmente distinta a la nuestra, de tal modo que varias personas han optado por el peso boliviano como forma de hacerle frente a los desaires de la economía local.
Habitantes de la zona del extremo norte del país, lindantes con Bolivia, aceptan el peso boliviano para las operaciones comerciales y si bien es un fenómeno que ocurre hace años, en este último tiempo se ha vuelto tendencia.
Bolivia viene siendo un ejemplo en materia de rumbo económico, posee nulos niveles de inflación y una fuerte moneda local, esto es lo que seduce a los argentinos, ya que sirve como refugio de valor a la inflación y las restricciones de compra de divisas.
El fenómeno se manifiesta principalmente en Jujuy debido a su posición geográfica, especialmente en las zonas fronterizas. Hace 10 años $2 argentinos equivalían a $b10. Hoy en dia $b1 equivale a $33 argentinos.
En 2017, 1 dólar se conseguía a 6,81 pesos bolivianos. En la actualidad, a pesar de haber atravesado una crisis política y sumado a los efectos de la pandemia, el dólar se consigue a 6,87 pesos bolivianos. Es decir, la divisa norteamericana se depreció tan solo 6 centavos.
Los comerciantes de las zonas argentinas de frontera con Bolivia advierten que se trata de un proceso cíclico: frente a la debilidad de la moneda nacional, también crece la demanda de pesos bolivianos para comprar bienes en Argentina. Del otro lado de la frontera, la escena es totalmente distinta. En Bolivia rechazan los pesos argentinos, o bien los aceptan a un tipo de cambio muy poco conveniente. Históricamente la frontera entre Argentina y Bolivia ha tenido un alto tráfico comercial. De ambos lados, los “bagayeros” van y vienen con mercadería de todo tipo. Es entonces que, la gente humilde, al no contar con la posibilidad de acceder a dólares, ha encontrado su refugio en el peso boliviano para comprar más barato.
Fuente: Ámbito
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